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martes, 15 de septiembre de 2015

LA TRIBU DE LOS KA’APOR LUCHA CON ARCOS Y FLECHAS PARA SALVAR LA SELVA AMAZÓNICA

Son 2.200 guerreros indígenas que defienden su tierra con armas ancestrales. Viven en la jungla del estado brasileño de Maranhão, luchando desesperadamente contra los madereros que talan ilegalmente los árboles en la zona y ponen en peligro la supervivencia de su pueblo.

Indígenas Ka'apor incendian un camión de una
compañía maderera encontrado en su
reservación, en el estado de Maranhao.
Las 530.000 hectáreas de selva en la Reserva indígena de Alto Turiaçu, pertenecientes a la tribu Ka'apor, que tuvo primer contacto con los blancos hace solo 80 años -y perdió parte de su cultura por esa interacción-, fueron reconocidas por el Gobierno brasileño en 1989, tras una intensa lucha social por la demarcación de los territorios indígenas.

Los guerreros Ka'apor encuentran un
cargamento de madera en su territorio.
Sin embargo, según un reciente reportaje publicado por diario The Guardian, las autoridades del país no protegen ni defienden esta decisión. De este modo, los derechos de los Ka'apor están fuertemente amenazados por las compañías mineras que tienen intereses en la zona, la construcción de instalaciones hidroeléctricas y la expansión de los ganaderos. Sin embargo, los madereros son una amenaza no solo para los derechos territoriales de la tribu, sino para las vidas de los indígenas.

Los Ka'apor capturan a madereros ilegales
dentro del territorio indio de Alto Turiacu.
A las compañías que obtienen madera de la selva amazónica les impulsa la avaricia: el precio del metro cúbico del árbol 'ipê' que talan alcanza los 1.300 dólares, aproximadamente 1.000 euros. Debido a la invasión violenta de los madereros los Ka'apor ya perdieron un 30% de sus tierras y saben que, sin ese terreno, están condenados a desaparecer. Por este motivo, sin esperar ningún tipo de ayuda oficial, luchan desesperadamente con esas empresas madereras, que amenazan con realizar masacres en las aldeas si los indígenas insisten en defender su lugar.

Un camión cargado de árboles cortados en
el territorio indígena de los Ka'apor.
Hasta el momento, los Ka'apor consiguieron cerrar 22 de los 24 caminos que abrieron los madereros en tierras indígenas y organizaron grupos para controlar el perímetro de su propiedad. La respuesta fue violenta: uno de los dirigentes indígenas, Eusébio Ka’apor, fue asesinado en abril de este año con un disparo por la espalda y otros dos otros dos miembros de la tribu murieron asesinados en mayo.

Los Ka'apor, con armas rudimentarias y un
viejo rifle han logrado cerrar 22 de los 24
caminos que abrieron los madereros
en tierras indígenas.
Pero los Ka'apor no se rinden. Tidiun Ka'apor, líder de uno de los grupo de guardias que protegen la tierra indígena, dice que "a veces, es como una película. Ellos nos combaten con machetes, pero después siempre se retiran en los coches. Les decimos 'No somos como vosotros. No robamos lo suyo, así que no nos roben nuestros árboles".

Un tractor quemado perteneciente a los
madereros es un mudo testigo de la lucha de
los Ka'apor por preservar la selva.
Las armas utilizadas por los Ka'apor son arcos y flechas y 'borduna', un bastón en forma de espada. Solo un miembro de la tribu posee un rifle viejo y oxidado. Con estas armas, los indígenas luchan contra los madereros, que portan armas de fuego, pero los Ka'apor casi siempre salen vencedores. Miraté Ka'apor, uno de los dirigentes del tribu, sostiene que el uso de la violencia se justifica porque "los madereros vienen a robarnos; por lo tanto, se merecen lo que reciben. Tenemos que hacerles sentir nuestra pérdida: la de nuestra madera y la destrucción de nuestros bosques".

En 1911 los Ka'apor eran considerados uno de
los pueblos nativos más hostiles de Brasil.
Los Ka'apor que pertenecen a la familia lingüística tupí-guaraní, a fines de 1870, habitaban en el actual estado de Pará, y desde entonces iniciaron una lenta migración a través del río Gurupí, hasta el actual estado de Maranhão. Los colonizadores brasileños que atacaron y aniquilaron a los habitantes de las aldeas Ka’apor, hacia el año 1900, se sorprendieron al descubrir los espléndidos tocados de coloridas plumas que guardaban dentro de baúles de cedro dado que los sobrevivientes del ataque, al darse a la fuga, dejaron abandonados. Cuando las autoridades brasileñas intentaron “pacificarlos” por vez primera, en 1911, los Ka’apor, así como los Nambiquara de Mato Grosso, eran considerados uno de los pueblos nativos más hostiles del país. Tal proceso de pacificación, se inició en 1928 y se extendió por casi setenta años. Las recientes invasiones de la tierra de los Ka’apor por parte de los occidentales, sin embargo, ocasionaron nuevas hostilidades y están arriesgando nuevamente la supervivencia de los Ka’apor.

Guerreros Ka'apor dispuestos a defender con 
su vida las 530 mil hectáreas que poseen.
Ibama (Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales renovables), la principal agencia dedicada a la protección de la selva, solo tiene 1.500 agentes para monitorear toda la selva amazónica, un área del tamaño de todos los Estados Unidos.

En el último año, 70 indígenas fueron asesinados en todo Brasil, un incremento de un 32% en relación al 2013, de acuerdo con la investigación de Missionary Indigenous Council. En la mayoría de los casos fueron muertos por disputas de tierras con madereros o rancheros.

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