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viernes, 27 de marzo de 2015

611 COMANDOS BRITÁNICOS INTENTAN SABOTEAR EL PUERTO FRANCÉS DE SAINT NAZAIRE Y TERMINAN EN UN COMPLETO FRACASO

215 hombres, muchos de ellos expertos difícilmente reemplazables fueron capturados y 169 ingleses murieron durante el ataque. Respecto a otros 219 comandos se desconoce su paradero ya que las crónicas oficiales dicen que solo regresaron nueve a Inglaterra.

Ubicación del puerto de Saint Nazaire,
en la desembocadura del río Loira.
El 28 de marzo de 1942 por la noche, fuerzas inglesas intentan destruir la base de submarinos alemanes de Saint Nazaire que está acabando con toda la flota mercante británica. El bloqueo marítimo que estaba sufriendo por parte de los sumergibles germanos, ponía a Churchill nuevamente al borde de la derrota. 

Algunos de los 215 británicos que se rindieron
en el puerto de Saint Nazaire.
La misión fue bautizada “Operación Chariot” (Operación Carro”). Fue aprobada el 3 de marzo. La idea era transformar un viejo destructor de la Primera Guerra Mundial, el Campbeltown y que pareciera un barco alemán, entrar con él al estuario del río Loira y hacer detonar los explosivos que llevaba. La transformación del barco y la colocación de los explosivos en su interior demandaron 10 días. Dos de sus cuatro chimeneas fueron quitadas y las otras dos fueron recortadas para parecerse a las de un destructor alemán. Se lo enmascaró para parecerse lo más posible a un destructor alemán.

El destructor HMS Campbeltown siendo
transformado, en marzo de 1942.
En la tarde del 26 de marzo la pequeña flota dejó Falmouth rumbo a Francia. A las 7 de la mañana del 27 de marzo la flotilla estaba a unos 270 km al suroeste de St. Nazaire, como si fuera a tomar rumbo Gibraltar, pero dio un viraje al este en el último momento. Tras esto, el destructor HMS Tynedale tuvo un encuentro fortuito con el submarino U-593, cuyo comandante el teniente capitán Gerd Kelbling le lanzó una bengala. A 5 km el destructor trató de engañarlo con otras bengalas, pero minutos más tarde abrió fuego contra el desconfiado submarino a 5 km. Estuvo cerca de acertar pero el submarino hizo una inmersión de emergencia. Entonces el destructor soltó cargas de profundidad forzando al submarino a emerger para rápidamente volver a sumergirse.

Ruta seguida por los fracasados comandos
británicos a Saint Nazaire.
El destructor Tynedale entonces procedió a rastrear la zona en busca del submarino alemán ayudado por el destructor Atherstone. No se encontraron más signos del submarino fantasma, por lo que Ryder decidió no perder más tiempo y ordenar a los destructores que aceleraran y volvieran.

Llegaron a la costa francesa en la madrugada del 28 de marzo, todo está tranquilo. Saint-Nazaire, ubicado en la desembocadura del Loira, ofrecía a los alemanes un excelente refugio para sus submarinos, y además tenía un dique seco enorme, capaz de recibir a buques de gran tonelaje, incluido el gemelo del Bismarck, el Tirpitz. Los británicos suponían que si dejaban fuera de servicio este dique, la Kriegsmarine no se arriesgaría a mandar a sus escasos buques de superficie al Atlántico. St. Nazaire era precisamente el único puerto con dique seco capaz de albergar acorazados para su reparación y mantenimiento.

Esquema de la transformación del Campbeltown.
Las fuerzas inglesas usaron para la operación a un destructor americano anticuado, el Campbeltown, cargado con 4 toneladas y media de explosivos para meterlo en las esclusas del puerto de Saint Nazaire y volarlo.

El plan era destruir la esclusa del dique, para lo cual el barco debería incrustarse en la misma. El destructor que estaba armado con un sistema especial de detonación, se esperaba que explotara ocho horas más tarde, destruyendo la esclusa y dejando fuera de servicio al dique. Una vez que el barco quedara literalmente clavado en la compuerta, los comandos y la tripulación del mismo saltarían a tierra, para destruir, junto con los grupos de demolición, las instalaciones del puerto y luego intentar escapar.

Lancha torpedera británica.
Las fuerzas del ataque eran 3 destructores y 18 lanchas motoras, llevando en total a 611 comandos y marinos armados cada uno con varias granadas de mano, ametralladoras Thompson y pistolas automáticas Browning, algunas lanchas torpederas, una cañonera y el apoyo de cazas Spitfire de la RAF.

Plano del puerto de Saint Nazaire
en marzo de 1942.
El destructor Campbeltown estaba al mando del capitán de corbeta Stephen H. Beattie, y su armamento también fue modificado y se lo llenó de cargas explosivas, preparadas especialmente con un dispositivo que impediría a los alemanes su desactivación. Además el destructor sería hundido en el lugar del ataque por los mismos ingleses, abriendo las válvulas del fondo del barco, para que los alemanes no pudieran retirarlo a tiempo.

Los otros dos destructores ingleses HMS Atherstone y Tynedale serían la escolta durante el viaje, pero no participarían directamente del ataque. Un total de 60 bombarderos ingleses atacarían la zona portuaria poco antes del ataque de los comandos, como forma de distraer las defensas, y de iluminar la zona del objetivo.

El capitán de corbeta Robert Ryder de 34 años estaría al mando de la agrupación naval y el teniente coronel Charles Newman mandaría las acciones en tierra.

Las defensas alemanas
A finales de diciembre 1941 los alemanes habían establecido diversas bases de U-boats en Brest, Lorient, St. Nazaire, La Rochelle y Bordeaux. Estas bases eran auténticas fortalezas, reforzadas con hormigón para soportar bombardeos aéreos y protegidas por minas marinas, baterías, casamatas, etc, ante cualquier ataque anfibio enemigo.

Cañón alemán de 20 mm en un puerto francés.
Las defensas alemanas en el puerto eran de unos 5.000 hombres, y otros 1.000 más de las dotaciones de las baterías del estuario. La zona de los diques estaba protegida por esta brigada antiaérea armada con cañones de 88 mm, que podían ser usados tanto en su rol antiaéreo como también en función de batería costera. El largo estuario antes de llegar al puerto estaba cubierto por 13 cañones de 40 mm, alternados con 28 cañones de 20 mm. Sumado a esto tenían los alemanes los cañones del Batallón III, dos buques fuertemente armados, y un batallón de artillería de costa, con cañones de gran calibre en la desembocadura del estuario. Toda la zona del estuario estaba al mando del capitán de navío Zuckschwerdt. El Almirante Karl Doenitz se interesaba por la defensa de esta importante base naval, que tenía 14 bunkers subterráneos para submarinos.

El Capitán Karl Konrad Mecke
que desbarató el ataque
anfibio a Saint Nazaire en
marzo de 1942.
A media noche, la RAF hizo un ataque preparatorio sin mucho éxito, dos de sus bombarderos fueron derribados por los cañones alemanes. Pasada la medianoche la flotilla británica ingresó en el estuario, debiendo sortear los bajíos del lechoso fondo. Siendo descubiertos por los vigilantes alemanes a la 1:20 de la madrugada, se puso en acción el plan de confusión. Pike, un marinero especialmente entrenado, intercambió señales luminosas con los puestos alemanes, tratando de aparentar ser un convoy alemán que llegaba en misión secreta para ganar tiempo, mientras la formación seguía adentrándose en aguas del estuario.

En la costa, el capitán Karl Konrad Mecke que disponía de tres batallones de artilleros navales a su disposición, con 47 piezas de 20 mm, 37 mm, y 40 mm, que cubrían las aguas más cercanas al estuario y el propio puerto, así como el espacio aéreo sobre ellos empezó a ver que aquel patrón de bombardeo era totalmente caótico y aleatorio en comparación con los habituales. Mecke sospechaba que era para distraer la atención de algo y ordenó a sus propios hombres estar en alerta con el siguiente comunicado a la 1:20, a todas sus unidades de la zona St. Nazaire con el mensaje “desembarco inminente”, lo que activó el protocolo de emergencia. Todo el personal capaz de empuñar un fusil debía ser puesto en alerta y ser movilizado.

Objetivos de la "Operación Chariot" donde se
entabló un feroz combate que terminó con la
derrota de los británicos.
A la 1:28 ya no existía confusión acerca de la identidad e intenciones de la flotilla invasora, y las baterías navales de los alemanes abrieron un mortífero fuego sobre las débiles embarcaciones británicas. Las mismas eran alcanzadas, así como los comandos que llevaban dentro. El destructor, al ser el mayor buque era el blanco predilecto de los artilleros alemanes. Con la mayor parte de sus tripulantes muertos o heridos por el fuego alemán, el Campbeltown se incrustó contra el borde de la esclusa del enorme dique. Se abrieron los grifos del fondo y la tripulación y comandos abandonaron el barco como mejor pudieron, para continuar atacando en tierra, y proteger un puente por el cual deberían retirarse más tarde.

169 comandos británicos murieron, otros 215
fueron capturados en Saint Nazaire.
Los comandos eran atacados por fuego desde los techos de los edificios, desde las baterías, y desde varias embarcaciones distribuidas por el puerto e incluso seis de ellas dentro del mismo dique seco. El resultado pronto se sintió en un número enorme de bajas británicas, y en la imposibilidad de realizar las misiones asignadas.

El Campbeltown encallado en el borde la
esclusa del dique seco.
Mientras esto ocurría las escuadras mandadas por Newman atacaba las instalaciones portuarias, colocando cargas explosivas en los muelles y galpones del puerto y combatiendo al mismo tiempo con los alemanes, que acudían cada vez en mayor número al lugar de las acciones y comenzaban a ganar de a poco en el combate con los comandos.

Vista aérea de la esclusa Normandie de
Saint Nazaire en 1942.
La lancha británica encargada de destruir la puerta interna del dique no pudo cumplir su misión, pues el Campbeltown no había penetrado en el dique y por lo tanto no le abrió el camino para realizar su tarea.

La retirada británica bajo un intenso ataque alemán en esas condiciones se hacía muy difícil, pues las lanchas que se acercaban a rescatar a los comandos eran barridas por fuego de cañones pesados, ligeros y de ametralladoras. Al menos ocho lanchas ardían en el río, y con ellas se desvanecían las posibilidades de evacuación. Algunas pocas lograron cargar a cuantos soldados pudieron, pero también eran incendiadas por el fuego alemán en medio de los gritos de dolor de los náufragos y moribundos. Otra lancha que logró socorrer a 30 tripulantes del destructor, resultó alcanzada por un impacto directo.

Comando británico muerto en Saint Nazaire
el 28 de marzo.
En el río varias lanchas estaban en llamas, iluminando con el incendio a las demás de modo que los alemanes podían disparar sobre las cercanas con claridad. Dos remolcadores ardían por cargas explosivas de los comandos.

Newman vio que todos los oficiales presentes ante él estaban heridos y que nadie iba a poder evacuarles, estaban solos a su suerte. Solo quedaban dos opciones, luchar o rendirse. Comenzaron a correr en distintas direcciones. Los alemanes empezaron a dar caza a los fugitivos. Uno a uno los comandos eran hechos prisioneros o abatidos.

Un soldado alemán observa a los ingleses
muertos en el puerto de Saint Nazaire el 28
de marzo de 1942.
La cañonera con Ryder a bordo logró salir del estuario a toda máquina. El resto de los británicos que quedaron atrapados en tierra se dividieron en grupos pequeños tratando de huir hacia el campo, pero los alemanes los iban reduciendo y apresando.

Prisioneros británicos en Saint Nazaire, 28
de marzo de 1942.
El coronel Newman y 15 acompañantes cobardemente se escondió en un sótano a la espera de la siguiente noche, pero pronto fueron descubiertos. A primeras luces del día, podía decirse que el “raid” británico había terminado definitivamente.


Más ingleses capturados en Saint Nazaire
el 28 de marzo.
Patrulleras alemanas recogían cadáveres y heridos enemigos de las aguas del Loira, que entregaba montones de cuerpos a sus orillas. A las 11:35 del 28 de marzo cuando el capitán Beattie estaba siendo interrogado por un oficial alemán explotó el barco sacudiendo toda la ciudad. El buque se partió en dos mitades, la mitad de popa salió despedida al fondo del agua y la mitad de la proa se desintegró en montones de fragmentos. La compuerta que había debajo de donde estaba colocado el barco quedó averiada.

Ilustración de la explosión del Campbeltown
en Saint Nazaire.
Partes del armazón del barco salieron despedidas sobre el dique Normandie. A consecuencia de la onda expansiva. Los cristales de las ventanas a muchos centenares de metros a la redonda debieron de romperse, y algunas tejas sueltas de los tejados salieron volando. A bordo del propio barco decenas de infelices curiosos, alemanes y civiles por igual, fueron literalmente desintegrados, algunas partes de cuerpos salieron despedidas sobre el puerto, dejando un espectáculo dantesco. Hubo 50 civiles franceses muertos por la explosión junto a 60 alemanes y 127 soldados alemanes heridos.

Prisioneros ingleses en Saint Nazaire,
esperando ser trasladados.
Cuatro ingleses lograron escapar a Inglaterra en medio del tiroteo en cuatro de las dieciocho embarcaciones que entraron en el estuario. La MGB 314 de Ryder, la ML 270 del teniente C. Irwin llegaron al punto de encuentro a eso de las 4:30, pero decidieron no esperar más de la cuenta y poner rumbo a Inglaterra aprovechando las pocas horas de noche que quedaban. Mientras amanecía Ryder divisó la ML 156 del teniente L. Fenton y la ML 446 del teniente H. Falconar. Casi simultáneamente los dos destructores aparecieron. Subieron a los destructores, y las lanchas fueron abandonadas.

Otro británico muerto en las calles de
Saint Nazaire, el 28 de marzo de 1942.
Otros cinco comandos británicos lograron escapar de St. Nazaire por tierra, hasta la frontera española. Los cabos Douglas, Howarth, Wheeler, Sims y el soldado Harding.

Un total de 169 comandos británicos murieron en la acción, otros 215 fueron hechos prisioneros sin cumplir casi ninguno de los objetivos. Se ignora la suerte de otros 219 comandos ya que en la “Historia oficial” se afirma que solo regresaron 9 a Gran Bretaña. Tal vez murieron en el agua, el cauce del río los llevó a su desembocadura y el mar se los devoró.

Un prisionero escocés herido, reconocible por su
kilt, llora luego de rendirse a los alemanes en
Saint Nazaire el 28 de marzo de 1942.
La operación había sido un rotundo fracaso, fueron capturados sus oficiales, entre ellos el capitán Stephen H. Beattie y el teniente coronel Charles Newman, el puerto estaba firmemente en manos alemanas y bien defendido. Los alemanes enterraron con todos los honores a los soldados británicos y los submarinos alemanes siguieron utilizando con total normalidad el puerto de St. Nazaire, amenazando desde ahí los convoyes del Atlántico igual que como lo venían haciendo.

El capitán Michael Burns se rinde y es escoltado
por un soldado alemán en Saint Nazaire, 28
de  marzo 1942.
Solamente en marzo de 1942, los submarinos alemanes hundieron en el Atlántico a 98 barcos mercantes británicos por 547.000 toneladas. En el Mediterráneo el U-652 hundió el 20 de marzo de 1942 al destructor inglés HMS Heythrop (L 85), alcanzado por uno de los cuatro torpedos disparados por el submarino a unas 40 millas náuticas al noreste de Bardia. Hubo 15 muertos. El día 26 de marzo, el mismo submarino hundió al destructor HMS Jaguar (F 34) al noroeste de Sidi Barrani, Egipto. Murieron 3 oficiales y 190 hombres de su tripulación.

Un soldado inglés herido es ayudado por los
alemanes en Saint Nazaire.
Y como si la acción de los submarinos no fuera poca el buque torpedero alemán S-104 hundió al destructor inglés HMS Vortigern (D 37), el 15 de marzo de 1942 frente a Cromer, Norfolk, en la costa británica del Atlántico Norte mientras escoltaba un convoy. Siete oficiales y 140 marineros murieron. Solo hubo 14 supervivientes.

Base de submarinos de St. Nazaire, totalmente
operativa, foto tomada en junio de 1942.
La propaganda británica en tanto, ofrecía una imagen completamente distinta, magnificando los informes de la RAF y del ataque de los comandos llegando a decir que absolutamente ninguna instalación portuaria de St. Nazaire estaba ya operativa.

De la importancia de la fortaleza de Saint Nazaire da nota que permaneció en manos alemanas hasta después de la rendición del Alto Mando Alemán el 7 de mayo de 1945, recién el 11 de mayo, capituló, más allá del final de la guerra.

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