HUMANIDAD Y COSMOS es un programa que trata de traerle a usted eso que siempre se preguntó y nunca tuvo la oportunidad de escuchar… Hechos históricos ocultados, fenómenos insólitos, creencias, mitos y leyendas, arqueología proscripta, seres extraños, energías prohibidas, noticias curiosas, científicos censurados, el misterio de los objetos voladores no identificados, profecías y vaticinios, sociedades secretas, ecología, enigmas y soluciones para vivir física y espiritualmente sanos.


viernes, 31 de mayo de 2013

ENCUENTRAN EN SIBERIA UN MAMUT DEL QUE MANA SANGRE

No es difícil imaginar la cara de los científicos rusos que vieron cómo los restos que habían encontrado de un mamut enterrado en el hielo empezaban a sangrar.

Obsérvese la sangre que mana de la carne
del mamut que estuvo congelado
cerca de diez mil años
.
Los restos pertenecen a una hembra adulta de mamut lanudo que sufrió un accidente mortal al huir de depredadores. Aunque la parte superior del torso del animal estaba enterrada de forma superficial y en algún momento ha sido pasto de los carroñeros, la panza y las patas estaban profundamente enterradas en el hielo, lo que ha permitido su conservación.

El hecho de que la sangre estuviera en estado líquido apoya la teoría de un grupo de investigadores genéticos canadienses que sugiere que los mamuts tenían algún tipo de factor anticongelante en su sangre.

Este anticongelante podría estar relacionado con la liberación de oxígeno por parte de la hemoglobina.

El mamut hallado en la isla de Lyakhovsky,
en el Mar Ártico, frente a Siberia.
El animal se mantuvo en excelentes condiciones porque su parte inferior quedó atascada en hielo puro, dijo Semyon Grigoriev, director del Museo del mamut y jefe de una expedición a las remotas islas rusas de Lyakhovsky, frente a la costa de Siberia.

“La sangre es muy oscura. Se encontró en cavidades de hielo por debajo del vientre y, cuando las separamos con un pico de sondeo, la sangre fluyó”, dijo Grigoriev en un comunicado difundido por la Universidad Federal del Noreste, en Yakutsk.

Se cree que los mamuts lanudos o de la tundra se extinguieron hace unos 10 mil años, aunque los científicos creen que pequeños grupos vivieron más tiempo en Alaska y en las islas de Siberia. De hecho, si no supieran que se extinguieron hace tanto tiempo, al verlo manar sangre hubieran pensado que murió hace unas pocas semanas.

La sangre pertenece a una hembra adulta de
mamut lanudo que quedó atrapada en el hielo
al huir de depredadores.
Este hallazgo forma parte de una excavación arqueológica en la isla Lyakhovsky, en el Mar Ártico al noreste de Rusia. La sangre está siendo sometida ahora a sus primeras pruebas bacteriológicas. Aún no se ha determinado si el ADN del animal está lo suficientemente intacto como para ser secuenciado y clonado tal como sueñan los científicos. 

Los científicos descifraron gran parte del código genético del mamut lanudo a partir de su pelo. Algunos creen que es posible clonarlos si se encuentran células vivas y que el hallazgo podría proporcionar ese material necesario. 

Tanto la sangre como el tejido
muscular del paquidermo
estaban en perfectas
condiciones. Ya piensan
en clonar al animal.
Al parecer, la sangre de los mamuts no se congelaba pese a las temperaturas extremas, probablemente para mantenerlos calientes, agregó Grigoriev. La temperatura en el momento de la excavación era de -7 a -10 grados Celsius.

Los investigadores recolectaron muestras de sangre del animal en tubos con una sustancia especial para conservarlas. Fueron enviadas a Yakutsk para análisis bacteriológico y prevenir infecciones potencialmente peligrosas. El tejido muscular del cuerpo también estaba en condiciones perfectas.

“Los fragmentos de tejidos musculares, que encontramos separados del cuerpo, tienen el color rojo natural de la carne fresca'', dijo Grigoriev.

Los mamuts, de hasta cuatro metros (13 pies) de altura y 10 toneladas de peso, vagaban a través de áreas enormes entre Gran Bretaña, América del Norte y Siberia. Se extinguieron por acción de los humanos y el cambio climático.

Este histórico hallazgo, ocurrido en Siberia, permitirá analizar sangre y tejidos de esta criatura como nunca antes se había podido hacer.

jueves, 30 de mayo de 2013

FALLECIÓ JACK VANCE, EL CREADOR DE CULTURAS INTERPLANETARIAS

Uno de los maestros de la ciencia ficción y de la fantasía, se fue a los 96 años pero nos deja infinitas ideas inolvidables dentro del género del que fue uno de los grandes maestros.

Jack Vance falleció en Oakland, el
26 de mayo de 2013 a los 96 años.
Vance ha creado sociedades y razas galácticas totalmente creíbles, mundos fantásticos con religiones, rituales, armas, comidas e incluso juegos sociales, con sus normas  y costumbres. Además, era capaz de  explicarlas en un par de páginas, cuando cualquier otro escritor hubiera necesitado varios capítulos para hacerlo.

El autor de más de 60 libros, entre ellos Hombres y Dragones o El último castillo fue «una de las voces más distintivas e infravaloradas de la literatura americana», según The New York Times.

Hombres y dragones, de Jack Vance.
Se supo ayer por la web personal que tenía este creador de mundos que el pasado día 26 de mayo de 2013, había fallecido el gran Jack Vance, a los 96 años de edad, en Oakland, Estados Unidos.

«Jack Vance ha dejado este mundo en la tarde del domingo 26 de mayo, finalizando así una larga, rica y productiva vida. Reconocido por la amplia mayoría como escritor, su familia y amigos también conocieron a un generoso, de enorme corazón, resistente, agradable, trabajador, optimista y persona sin pretensiones cuya curiosidad, capacidad de asombro y gran amor a la vida fueron inspiración también para ellos mismos. Escritor, amigo, padre y abuelo — no habrá ningún otro como Jack Vance», reza el encabezado de la web.

El último castillo, una obra
realmente digna de Vance.
Una de sus novelas más conocidas es Hombres y dragones (The Dragon Masters) del año 1966, donde presenta un combate de estilo medieval y describe a humanos que luchan contra extraterrestres, aunque confían en algunos de ellos con apariencia de lagarto que tienen prisioneros.

El último castillo escrito en 1967, se ambienta en un imaginario planeta Tierra donde los humanos viven como aristócratas en refugios equipados con altas tecnologías y donde los extraterrestres son sus sirvientes. La humanidad es la alta aristocracia en un mundo en el que los que trabajan son esclavos de cuatro razas alienígenas, hasta que una de esas cuatro razas, los Meks, se rebela y comienza a destruir los castillos de los humanos. La mayoría de los nobles no reaccionan a la revuelta de los Meks, prefiriendo morir en lugar de luchar. 

Sólo uno de ellos, Xanten del castillo de Hagedorn, decide actuar atacando a los Meks. Debe buscar a otros humanos que piensen como él y quieran actuar también. Finalmente, después de una corta pero dura batalla, Xanten y sus aliados salen victoriosos y envían a los Merks supervivientes a su planeta nativo, Etamin 9.

Los cuatro tomos de la saga de La Tierra
moribunda
iniciada en 1950.
En la saga de La Tierra moribunda, escrita en 1950, Vance cuenta los últimos días del planeta Tierra, cuando el sol está apagándose, y la luna cayó. El planeta está dominado por la magia más que por la tecnología. Seres inimaginables pueblan bosques y desiertos, y eso al fin y al cabo es lógico, millones de años de evolución y algún que otro experimento extravagante han creado entes tan sorprendentes como amenazadores. Y en medio de todo esto está Cugel. Ladrón profesional y ocasional vendedor de talismanes se ve envuelto en un feo asunto con un mago de carácter poco afable y se ve obligado a recorrer ¡por dos ocasiones! la Tierra Moribunda de punta a punta. Eso da oportunidad a Vance para recrear situaciones a veces hilarantes y a veces tenebrosas, pero de ningún modo aburridas. Todos los libros se pueden leer tranquilamente por separado, y la lectura de todos ellos únicamente dará una idea más precisa de lo que es La Tierra Moribunda. El primer volumen son historias de magos, sin relación con el mentado Cugel, y el cuarto también, Rhialto el prodigiosoUn detalle: el sistema de magia del popular juego de rol Calabozos y Dragones está basado en el sistema creado por Jack Vance para esta saga.

Mapa de la saga de La Tierra moribunda.
Hacer clic para ampliarlo.
Vance fue elogiado por el escritor de Juego de Tronos (Game of Thrones) George R.R. Martin y el cofundador de Microsoft, Paul Allen, entre muchos otros.

"Él tuvo una gran influencia en mi y en mi trabajo, y en los últimos cincuenta años ha estado entre mis escritores favoritos", escribió Martin en su blog. Para Martin La Tierra moribunda era una obra de un nivel similar a "La Era Hiboria" (Hyborian Age) de Robert E. Howard, el creador de Conan el Bárbaro o la "Tierra Media" en las que se ambientan algunas historias de J. R. R. Tolkien: "uno de los mejores escritos fantásticos de todos los tiempos".

Jack Vance en sus últimos días.
Por su parte, Allen escribió en su Twitter: "Maravillosa persona y un irónico genio creativo, mi escritor favorito de ciencia-ficción. ¡Echa un vistazo a sus libros!".

Entre sus premios destacan el premio Hugo de 1963 por Hombres y dragones (The Dragon Masters). En 1966 obtiene el Premio Nébula por El último castillo y nuevamente en 1967 el Hugo a la Mejor novela corta por El último castillo. Obtuvo el Premio Mundial de Fantasía (World Fantasy), en 1984 en reconocimiento a su carrera. En 1997 fue nombrado Gran Maestro de la SFWA, en 1998 obtiene el Premio Utopía (Francia) por la labor de una vida y en 2001 entró en el Salón de la Fama de la ciencia ficción. Ganó en 2010 el premio Hugo al mejor libro de ensayo por su autobiografía This is me, Jack Vance (¡Este soy yo, Jack Vance!).

Su vida
John Holbrook Vance (28 de agosto de 1916 – 26 de mayo de 2013), más conocido por su seudónimo Jack Vance, fue un escritor de fantasía y ciencia ficción nacido en San Francisco, California (EE. UU.).

Jack Vance y su esposa
Norma Ingold en 1946.
Nació en San Francisco y creció en esa ciudad, posteriormente, después de que sus padres se separaran, vivió en una granja cerca de Oakley, en el delta del río Sacramento, en el norte de California, que era propiedad de sus abuelos maternos. Su abuelo llegó a California, desde Michigan, con la fiebre del oro.

Tras pasar por la universidad de Berkeley, se graduó en 1942, trabajó en una fábrica de conservas y en un astillero naval en Pearl Harbour, Hawái, por 56 centavos la hora, que abandonó poco antes del ataque japonés a Pearl Harbor, de acuerdo a su sitio web.

Jack Vance visitando
Stonehenge, en Inglaterra.
Durante la Segunda Guerra Mundial sirvió en la marina mercante. En 1945, a los 29 años, publica por primera vez un cuento en una revista.

En 1946 se casa con Norma Genevieve Ingold y viven en una casa construida por Vance. Vance trabajó como marino, agrimensor, ceramista y carpintero antes de poder dedicarse por completo a la escritura en 1970. Jack, Norma y su hijo realizaron numerosos viajes alrededor del mundo, viviendo en sitios como Tahití, Italia o una casa-barco en Cachemira.
El Planeta Grande le sirvió a
Vance para iniciar sus futuras
sociedades interplanetarias.
En el año 1952 publica El planeta grande, por entregas en la revista Startling Stories, para pasar a ser editado como libro en 1957. Se trata de un mundo colonizado por todo tipo de inadaptados, en busca de un lugar donde establecerse al margen de la ley. Hasta allí llega el astronauta Claude Glystra con la misión de realizar un informe para la Tierra sobre la situación del planeta. Su nave ha sido saboteada y debe recorrer caminando 40 mil kilómetros hasta el lugar donde está la embajada terrestre. Vive aventuras de ritmo frenético, atravesando paisajes exóticos y deslumbrantes, perseguido por un tirano de nombre Bajarnum que desea conquistar el planeta. Conoce sociedades y ecologías extrañas, tramas y personajes curiosos.

Se adivina en el texto ese futuro “creador de mundos”, pero todavía sin desarrollar. El planeta grande esta poblado desde hace 500 años por toda clase de humanos, unos se adaptaron a vivir en los árboles, otros se hicieron nómadas, otros caníbales, otros son los opulentos habitantes de Kirstendale, otros los videntes de Myrtlesse, por citar algunos. Sin tratarse de una de las mejores creaciones de Vance, puede leerse todavía con agrado y realmente el tamaño del planeta es lo de menos en esta novela de aventuras. En 1975, Vance escribió Showboat World, que completa esta historia.

Pao, un planeta que modifica su 
lenguaje para evitar ser invadido.
En 1958 escribe Los Lenguajes de Pao, una obra excepcional dentro de la producción de Vance. La novela, trata, por primera vez en la ciencia ficción, un tema de sociolingüística al amparo de las teorías que establecen que el entorno, y principalmente el lenguaje, condicionan las capacidades y las percepciones de los seres humanos.

Pao es un planeta que será invadido sin que sus habitantes opongan ninguna resistencia, precisamente a causa de un lenguaje que les mantiene en la pasividad y el individualismo. Para lograr la liberación se hace necesario cambiar de mentalidad, y por lo tanto de lenguaje. Así se modifican las lenguas que se hablan en Pao, buscando una gramática simple y directa para los guerreros, otra adecuada al desarrollo industrial, y otra destinada a producir comerciantes y políticos.

Los reyes estelares son una
raza de criaturas, no
humanas, que se disfrazan 

para adquirir poder sin 
importar todas las 
vidas humanas que se
pierdan para adquirirlo.
Pero el Panarca de Pao puede legítimamente preguntarse hasta qué punto los nuevos lenguajes, distintos según el usuario, pueden modificar la característica central de Pao, y hasta qué punto sus nuevos súbditos pueden todavía ser considerados paoneses. Y todo ello sin dejar de preguntarse por los verdaderos intereses de Palafox, asesor del Panarca en esta liberación por la sociolingüística de un planeta asediado.

En 1965, Vance comienza el ciclo de los Príncipes Demonio que consiste en cinco libros que comienzan con El Rey estelar. Esta serie lo es por el hilo conductor de las peripecias de un personaje, el asesino galáctico Kirth Gersen. El futuro que se nos narra en los cinco libros que conforman el ciclo de los Príncipes Demonio es uno poco usual respecto a las reglas de la Ciencia-ficción. Toda la información nos llega por fragmentos de los libros supuestamente escritos en ese mundo. Gracias a ellos sabemos que hay un gobierno universal llamado la Oikumene, con un monarca en la Tierra; los mundos fuera de su ámbito (que no son pocos) son llamados el Más Allá y son considerados una área fuera de la ley y por lo tanto peligrosa. Existe un medio universal de transporte interestelar llamado Interfisión Jarnell, pero como suele suceder en las obras de Vance la especulación científica no es un recurso necesario. Se ha establecido un cuerpo de policía común, la PCI (Policía Coordinada Interplanetaria) que hace labores de espionaje en el Más Allá, mediante los agentes llamados “comadrejas”; e irónicamente ello ha creado la única organización de ese lado de la galaxia: el cuerpo anti comadrejas. Hay una moneda universal llamada UCL (Unidad de Curso Legal) que supuestamente es infalsificable.
Vance desarrolla en esta
historia sorprendente la
presencia de parásitos
etéricos que dominan
nuestros cerebros.
Los Reyes Estelares son una raza de criaturas, no humanas, que se disfrazan a la perfección como humanos. Pero humanos con una diferencia. El poder es su único objetivo; un objetivo que buscan sin importarles el precio que haya de pagarse con vidas humanas. Kirth Gersen buscaba a uno de ellos, un especial Rey Estelar, que asesinó a sus padres muchos años atrás. Todo lo que Gersen sabía, es que el nombre de ese Rey Estelar era el de Attel Malagate. Volando de un mundo a otro en espacios sin fin por la Galaxia, Gersen persiguió sistemáticamente a su Rey Estelar y finalmente le encontró.


En Cerebros de la Tierra (The Brains of Earth, 1966) aparece el Vance más denso donde la acción transcurre inicialmente en el planeta Ixax, habitado por dos clases de seres, los tauptu y los chitumih. Los chitumih estaban dominados por una criatura negra peluda, similar a una gran oruga con púas sobre la parte superior de sus cuellos, invisible a simple vista, un amenazante monstruo de ojos saltones llamado nopal, un parásito. Un tauptu dominado por este parásito se convierte en chitumih, un ser lleno de odio hacia todo.

La famosa Saga del Planeta de la aventura.
El autor se permite disquisiciones científicas sobre las fuerzas que interactúan en la naturaleza y como podrían afectar a poderes como la telepatía en la humanidad si no estuviésemos parasitados por una de las especies alienígenas tal como descubre el personaje de Paul Burke con la ayuda del doctor Ralph Tarbert y el extraterrestre Apiptix. Y descubren que el problema no es el parásito nopal, sino otro mucho más poderoso de nombre gherEste relato publicado con otros cuentos de Vance en el libro Los mundos de Jack Vance tiene los personajes bien perfilados, hay romance, la acción no decae y tiene un final feliz. No se le puede pedir más a una obra.

Un guerrero de la raza Chasch,
reptiles bípedos, divididos
en varias razas y culturas.
En 1968 comienza la saga Planeta de la aventura (1968-1970). La nave Explorador IV llega al planeta Tschai siguiendo una señal emitida hace doscientos años. Al acercarse, la nave es destruida por un misil, y sólo se salva la nave de exploración, que aterriza en un árbol. Tras el paso de unas naves que se llevan el cohete, aparecen los Emblemas, una tribu de humanos nómadas. Uno de sus magos degüella a uno de los tripulantes, pero el jefe, Traz Onmale, salva al otro, quedando Adam Reith, un explorador terrestre perdido en el inmenso, complejo e indómito mundo de Tschai. Es llevado a la aldea como esclavo de Traz. Poco antes de recuperarse por completo, se besa con una chica, y un guerrero le golpea y denuncia. Antes de que le castren, lucha con él, ganando su emblema. Poco después, otro guerrero, apuntándole, mata a la chica. Tras la segunda lucha y asesinato, se integra en la tribu a regañadientes. Un eclipse entre las dos lunas supone que Traz debe morir, pero Reith le convence para que abandone su emblema y huya. Avanzan por la estepa hasta llegar a una ciudad en ruinas, donde salvan a un hombre-Dirdir, Anacho, de una criatura phung. Los tres se unen a una caravana, siguiendo la señal de la nave de Reith, y mientras intenta salvar a una esclava de unas sacerdotisas. La caravana es atacada por la raza de los chasch verdes y los supervivientes se refugian en la ruinosa ciudad, que es regida por el brutal Naga Goho y sus Gnasthers. A 30 km al oeste de Pera se encuentra Dadiche, una ciudad de los chasch azules donde se encuentra la nave. Reith va disfrazado a Dadiche para recuperar la nave. La encuentra, pero es detectado y debe escabullirse.

Un hombre Dirdir.
Atrapado en el planeta, deberá ingeniárselas para conseguir recuperar la nave o bien hallar una alternativa que le permita volver a su hogar. Persiguiendo este objetivo, Reith irá recorriendo el planeta haciendo interesantes descubrimientos sobre las especies que lo habitan ya sean razas colonizadoras o autóctonas.

Las aventuras se irán sucediendo de forma desbocada, a veces precipitada, no permitiendo al lector apenas ni un momento de recreación o tranquilidad. El mundo de Tschai se nos presentará como un entorno hostil en todo momento donde tres razas colonizadoras muy diferentes entre sí se encuentran en constante pugna por el territorio bajo la atenta mirada de una especie autóctona pero casi desconocida. Estas cuatro razas principales, los Chasch, reptiles bípedos, que a su vez están divididos en varias razas y culturas, los Wankh, criaturas anfibias casi incapaces de comunicarse con las otras especies, los DirDir, cuya apariencia recuerda vagamente a aves, forman una cultura de cazadores y guerreros y los Pnume, misteriosos seres semejantes a insectos que se ocultan en los pasajes subterráneos del planeta y tienen una cultura de ocultamiento. Estas cuatro razas, serán a la vez los títulos de cada una de las cuatro novelas dándonos a conocer la sociedad de aquella que dé título a la novela cuando las aventuras de nuestro protagonista lo llevan hasta su territorio. Como nota curiosa y algo patente desde el inicio de la novela, todas estas razas que llegaron a ese planeta en tiempos remotos, utilizarán al hombre como esclavo, lo cual inducirá una gran indignación en el protagonista, orgulloso de su humanidad, y motivará alguno de sus actos más heroicos.

Adam Reith deberá enfrentar
innumerables peligros 

en el planeta Tschai.
Cada una de las razas que conoceremos resultarán extrañamente complejas y a la vez subdivididas en subrazas lo que dará más riqueza y cierta complejidad al texto. Incluso los humanos serán divididos y clasificados formando sociedades muy diferentes unas de otras. Sin embargo, estas múltiples divisiones, subdivisiones, diferencias culturales, sociedades y costumbres no llegarán a entorpecer la lectura gracias a la clara línea temporal que mantiene el autor en todo momento impidiendo que los conceptos se mezclen. Otro aspecto a reseñar que el autor también trata con maestría es el nivel tecnológico que nos presenta pues abarcará desde la mecánica más simple hasta las tecnologías futuristas más avanzadas, es decir, "palos y piedras contra armas láser". Este aspecto y la forma en que el autor lo hace creíble, hará más interesante si cabe la narración.

El Planeta de la aventura, fue 
llevado a la historieta en 1998.
Hablando de los personajes, en primer lugar se destaca su protagonista: Adam Reith. Desde el principio mostrará un carácter valiente, inteligente, honorable, determinado, luchador y sobre todo, dominado por un instinto de supervivencia tan afilado como el escalpelo de un cirujano. Nunca lo veremos flaquear y, aunque tendrá dudas en algunos momentos, jamás nublarán su juicio sino que le harán más fuerte. Básicamente, el típico héroe de novela de aventuras. 

Recuerda a John Carter, el guerrero terrícola creado por Rice Burroughs que vivió increíbles aventuras en Marte. Los dos personajes principales que acompañarán a Reith durante casi todas sus aventuras, Traz y Anacho, tampoco destacarán precisamente por su complejidad. En general, resultarán ser los escuderos del héroe que lo seguirán estén más o menos de acuerdo con él dejándose guiar a la que vez que aportan sus habilidades, posesiones y conocimientos. La ayuda de ambos permitirá a Reith conseguir sus objetivos e intercambiar información mientras el lector va descubriendo lo que estos personajes nativos esconden.

El protagonista de esta
novela es Gastel Etzwane.
Lo que es indudable es que esta obra de Vance ha tenido una repercusión que no todas las novelas alcanzan. Esta repercusión propició que en el año 1998 se creara una versión en comic que incluye 8 números de 50 páginas cada uno (aprox.) donde se relata al completo la historia de Tschai. La adaptación, realizada por Jean David Morvan resulta excelente a todos los niveles y apenas difiere de la historia contenida en los libros más que en vagas nimiedades. Quien no tenga ganas de leer las novelas, la alternativa de la historieta, a diferencia de lo que ocurre con otras adaptaciones de este tipo, resulta un sustituto más que digno e incluso en algunos aspectos, más interesante. Personalmente, lo recomiendo encarecidamente.

La trilogía de Alastor.
En 1971 creó lo que se conoce como la Trilogía de los hombres libres o Ciclo Durdane con tres obras: El hombre sin rostro (1971), Los valerosos hombres libres (1972) y Los asutra (1973). Relata las peripecias de Gastel Etzwane que debe enfrentarse a unos extraños bárbaros, los Roguskhoi que asolan el país de procedencia de nuestro héroe; Shant, en el planeta Durdane, colonizado por humanos nueve mil años atrás. 

Antes la pasividad del Hombre sin Rostro, máxima autoridad del país, Gastel Etzwane decide intervenir, resuelve el problema, y esto le lleva a descubrir que los Roguskhoi son el aparente producto de unos alienígenas más extraños aún; los asutra, especie parasitaria que necesita de otras para desplazarse eficientemente y potenciar sus habilidades mecánicas. Etzwane es capturado por los asutra y llevado a su planeta del que escapa para volver a Durdane tras asombrosas y emocionantes peripecias. Aunque como finalmente se descubre, no todo es como parecía ser.
Trullion, el planeta también
conocido como Alastor 2262.
En 1973 escribe la Serie Cúmulo estelar o Ciclo de Alastor, ambientada en el cúmulo galáctico de este nombre. Las novelas se ambientan en tres de los planetas situados en esa zona del espacio: Trullion, Marune, Wyst, con culturas separadas pero una única autoridad que los mantiene unidos de manera más o menos firme (el Connatic gobernador y el ejército, conocido como "The Welm".

En 1974, se estrena la película Bad Ronald, que está basada en una historia de Vance sobre un adolescente que mata accidentalmente a una chica y conspira con su madre para esconder el cadáver en su casa, fue retransmitida en televisión.
Madouc, el tercer tomo de Lyonnese,
obtuvo el premio World Fantasy 1990.
En el año 1983, Vance inicia otra trilogía conocida como de Lyonesse, con las siguientes obras: El jardín de Suldrun (1983), La Perla Verde (1985) y Madouc (1990). La acción transcurre en las míticas islas Elder (desde las que navegaron hasta Bretaña los antecesores del rey Arturo). Sus magos, hechiceros, brujas, hadas, demonios, trolls y otros sorprendentes personajes son tan reales como los reyes, princesas, caballeros, campesinos y el resto de humanos que pueblan tan vívidamente estas páginas.

Glawen Clattuc tiene 
que evitar que Cadwal, 
su mundo natal, sea
superpoblado 
y
contaminado.
En Lyonesse III: Madouc, la diabólica aparición de dos terribles hechiceros amenaza con destruir el poderío de Murgen, mago supremo de las islas Elder, y pone en peligro el futuro de las mismas islas. El ambicioso rey Casmir de Lyonesse planifica una guerra sangrienta, mientras la princesa Madouc y otros audaces aventureros emprenden la búsqueda del Santo Grial. Jack Vance emparenta así el mundo de Lyonesse con la leyenda en torno al desconocido paradero del Santo Grial y concluye la ya famosa trilogía con Madouc, un broche de oro que mereció con toda justicia, el Premio Mundial de Fantasía (World Fantasy) de 1990.

Incansable, lanza la serie Crónicas de Cadwal, con tres libros: Estación Araminta (1988), Ecce y la vieja Tierra (1991) y Throy (1992). Aquí, su protagonista, Glawen Clattuc, Clattuc, nacido en Estación Araminta, que se enfrenta a maldades sin nombre en sus esfuerzos para que su planeta natal, Cadwal, permanezca en el estado salvaje en el que lo encontró su descubridor, evitando que los retorcidos planes de unos, en apariencia, bienintencionados reformadores lo conviertan en otro mundo superpoblado y contaminado.


La biografía de Jack Vance,
publicada en 2010.
En los cuatro volúmenes que componen esta edición (aunque Vance la escribiera en tres libros, está en cuatro en español, con aventuras que harán las delicias de los seguidores de Vance), Glawen, con la ayuda de su padre Scharde, pasa de adolescente taciturno a adulto arrojado e imperturbable. Cadwal es un mundo sorprendente. Conservado como Reserva Natural por parte de la Sociedad Naturalista de la Tierra, de la que Rudel Neirmann, su primer explorador, formaba parte, se rige por la Carta, el documento mediante el que la Sociedad establece los términos en los que se debe regir la presencia humana en el planeta y como debe ser explotado para mantener íntegro su estado primitivo. Apenas mantiene unos pocos asentamientos humanos. La Estación Araminta, núcleo principal y administrativo del planeta basa su economía en el turismo, atraído por la primitiva naturaleza del planeta, y una limitada producción agrícola, basada fundamentalmente en el cultivo de la vid, que produce exquisitos caldos que se exportan con gran éxito.

Jack Vance tocando el banjo, en 1979 en
la ciudad de San Francisco.
Pese a los deseos de la Sociedad, mantener una economía autosuficiente con la exigua y muy limitada población de la Estación Araminta era inviable, y poco a poco fueron llegando al planeta trabajadores con los que cubrir los trabajos más necesarios, para evitar que estos interfirieran en la ecología del planeta, fueron instalados en Lutwen, un atolón cercano, en el que, con el tiempo, acabó formándose una sociedad paralela a la de la Estación y de un morboso interés turístico debido a la peculiar personalidad de los yips, sus habitantes.

Por último, queda Stroma. Un asentamiento situado en un agreste paraje de uno de los continentes de Cadwal, destinado en un principio a los visitantes ocasionales de la Sociedad, pero que con el tiempo acabó adquiriendo entidad propia. Todos estos elementos son causa de constantes tensiones, en las que Galwen se ve inevitablemente involucrado. Múltiples son las dificultades con las que se encuentra en su camino: su propia familia, en que la que el origen de su madre no fue bien recibido por algunos de sus integrantes, el entorno escolar y social, siempre difícil durante el paso de la adolescencia a la madurez, la situación política entre La Estación, Lutwen y Stroma, las divisiones entre las facciones más tradicionales de la Sociedad y las menos reglamentistas, todas estas circunstancias imbricadas y fuente de continuas conspiraciones e inconvenientes.

Ports of Call publicada en 
1998, es la historia de un 
yate espacial que transita
por distintos mundos.
Vance era gran amigo de los escritores fantásticos Frank Herbert y Poul Anderson, los tres compartieron una casa-bote en el delta del río Sacramento. Los Vance y los Herbert vivieron juntos en México una temporada. Vance padecía diabetes y seguía una estricta dieta.

Amante de la música, Vance tocaba la corneta, el ukelele y la armónica. Su debilidad era el jazz. Era ciego desde la década de los 80, pero continuó escribiendo con la ayuda un programa informático especial y de su hijo John y su esposa Norma, fallecida en marzo de 2008.

Vance mencionó que en su infancia leyó a Edgar Rice Burroughs, Julio Verne, Robert W. Chambers, Lord Dunsany, entre otros autores que fueron quienes con sus historias lo influenciaron para dedicarse a escribir.

Publicó más de 60 libros, también escribió centenares de cuentos y varias novelas de misterio firmadas con su nombre completo, John Holbrook Vance, así como tres obras bajo el pseudónimo Ellery Queen, y otras como Jhon van Sede o Jay Kavanse, según informa la página oficial www.jackvance.com, creada por sus familiares.

Lurulu, del año 2004, es el
último libro que escribió Vance.
Quedan un total de 60 títulos (entre novelas, novelas cortas, relatos y relatos cortos) que siguen estando sin traducir al castellano (el 45% de los 160 títulos que abarca toda la carrera de Jack Vance hasta el momento, incluidas 14 novelas policiales o de misterio).

Dos de sus más curiosas novelas, aún sin traducción son Ports of Call (1998) y Lurulu (2004), ambas historias están relacionadas. Tratan acerca de un viaje protagonizado por Myron Tany y su familia en un yate espacial. La nave es propiedad de su excéntrica tía abuela. Como capitán, debe guiar a la nave a exóticos planetas para restaurar la salud que perdió su tía. La acción transcurre en un remoto futuro del espacio llamado Gaean Reach donde aparecen mundos tecnológicos colonizados por humanos como Alphanor y otros, como Thamber, que están aparentemente inhabitados.

Vance es menos conocido en Estados Unidos que en Europa, particularmente en Francia, Holanda y Suecia donde se venden todos sus libros.

Aunque de forma algo tardía, Jack Vance ha logrado ganar el reconocimiento que merece su obra, y tras cincuenta años dedicados a la escritura, sus libros están siendo constantemente reeditados en todos los idiomas. 

Vance es un escritor al que siempre resulta gratificante leer y volver a leer, un narrador cuyo dominio del lenguaje constituye un legado del siglo veinte para las generaciones futuras.

Por Alberto Seoane

miércoles, 29 de mayo de 2013

LA PATAGONIA SE UNIÓ A SUDAMÉRICA HACE 320 MILLONES DE AÑOS

Los geólogos revelan detalles sobre el origen de la Patagonia. ¿Fue realmente la Patagonia un continente a la deriva que colisionó hace millones de años con Gondwana, el supercontinente formado por las tierras que hoy conocemos como Sudamérica, África, India, Antártida, Malvinas y Oceanía? ¿O tal vez se trató de un territorio que siempre estuvo ubicado más o menos en el mismo lugar y sólo se “acomodó” con Gondwana?

Colisión de la Patagonia contra Gondwana,
hace unos 320 millones de años.
Ahora, investigadores de la Universidad de Buenos Aires (UBA) realizaron un estudio que sugiere que la primera de las alternativas es la correcta, aunque se trató de una especie de choque en cadena: durante los finales del Devónico, hace 320 millones de años, Chilenia (actualmente en la zona de cuyo y parte de Chile) colisionó con Gondwana desde el oeste y Patagonia desde el sur-suroeste. 

Para llegar a estos resultados, los científicos del Instituto de Geociencias Básicas, Aplicadas y Ambientales de Buenos Aires (IGEBA), que depende de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA y del CONICET, combinaron distintos enfoques: observaciones de campo, trabajo de laboratorio y análisis de paleomagnetismo, la disciplina que estudia la “memoria” magnética de las rocas.

Gondwana y Laurasia, hace unos
420 millones de años.
Según indicó a la Agencia CyTA la autora principal del estudio, la doctora Renata Nela Tomezzoli, “la deformación a lo largo del margen sur-suroccidental del Gondwana, desde Sierra de la Ventana hasta el Bloque de San Rafael, representaría el choque de Chilenia por el oeste y de la Patagonia por el sur con Gondwana”.

De acuerdo con la investigadora del CONICET, esas deformaciones constituyen “suturas” que evidencian esas colisiones entre esos continentes. “Uno de los secretos para poder entender cómo evolucionó geológicamente una región durante millones de años está en comprender cómo, cuándo y por qué se deformaron las rocas para lucir como las vemos en la actualidad”, dijo Tomezzoli.

La Patagonia argentina actual.
La investigadora afirma que la Tierra se puede pensar como un pan que sale del horno: “En sus inicios, hace aproximadamente 5600 millones de años, era un planeta caliente que se fue enfriando de afuera hacia adentro. Las placas continentales, que podríamos asimilarlas con la corteza del pan, se unieron, cual rompecabezas, formando al menos tres supercontinentes a lo largo de toda la historia geológica del planeta”. Luego, estas placas se separaron, del primer supercontinente llamado Pangea, surgieron dos –Gondwana al sur y Laurasia al norte. Con el paso de millones de años, se fueron subdividiendo y dieron lugar a la actual conformación del mapamundi.

En geología, se distingue entre colisión y acomodamiento. La primera describe un proceso de deformación de primer orden, como el que dio origen a la cadena del Himalaya al impactar las placas tectónicas de India y la asiática. El acomodamiento, en cambio, es un proceso secundario que implica un roce o desplazamiento mutuo entre placas.

Lo que queda de Gondwana hace 65 millones
de años. La Patagonia ya está fusionada.
Se muestran las principales ciudades
de la actualidad.
Los estudios geológicos determinaron que en el norte de la Patagonia (Sierra Grande), se observan rocas que se generaron a unos 10 o 15 Km. de profundidad y fueron deformadas y fracturadas por una gran presión generada por el choque de dos continentes, que quedó registrado por pliegues que pueden verse en la zona a simple vista y que se produjeron al promediar el paleozoico.

Esto puede observarse claramente en el plegamiento de la Sierra Grande (en Río Negro) y en el de la Sierra de la Ventana (en Buenos Aires). Entre estos dos antiguos plegamientos, se ve hoy una gran depresión que es la cuenca del Río Colorado, enmarcada entre éste río y el río Negro.

Esta es una cuenca sedimentaria que se originó en la antigua cicatriz que unió a los continentes de Gondwana y de “Patagonia” que chocaron y que luego se fue rellenando.

Esta investigación fue publicada en la Revista de la Asociación Geológica Argentina, que incluyó estudios geológicos que se extendieron entre las provincias de Buenos Aires, Mendoza, La Pampa y Río Negro. 

martes, 28 de mayo de 2013

UN CHINO SE CONVIRTIÓ EN UN HOMBRE-CARACOL

Un habitante de China lleva su casa a cuestas, haciendo un esfuerzo que, según él, vale la pena.

Liu Lingchao, el caracol humano.
Liu Lingchao, de 38 años, es un hombre-caracol que lleva su casa de 60 kilogramos sobre la espalda, vaya donde vaya. La vivienda está hecha de bambú y plástico, la original casa portátil le sirve como refugio para los largos viajes que hace Liu por todo su país, China.

Se gana la vida vendiendo artesanías con botellas de plástico y latas de metal que recoge en las calles de varias ciudades de China. El hombre, de la provincia de Guangdong, construyó su primera casa móvil hace unos cinco años, para ahorrar plata en sus largos viajes y para protegerse de la lluvia y el frío.

Su nueva casa móvil tiene 1,5 metros de ancho y 2 metros de alto, con suficiente espacio para una modesta cama y todo lo que necesite para un viaje.

Lingchao, por los caminos de China
con su casa a cuestas.
Debido a su peso, reconoce que no es fácil de transportar, así que Liu se mueve a paso de caracol por los caminos de China, pero él dice que el hecho de poder asentarse virtualmente en cualquier parte compensa el esfuerzo de cargar su vivienda.

El hombre-caracol dejó la ciudad de Wuzhou, en la provincia de Guanxi, hace varios meses, y está a 30 kilómetros de completar una caminata épica de 435 kilómetros hasta un lugar que desea conocer, para luego volver a su casa natal.

Aunque parezca increíble, Lingchao lleva 5 años recorriendo los caminos de China transportando su casa móvil.