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miércoles, 20 de febrero de 2013

MONSANTO LITIGA CONTRA UN PEQUEÑO AGRICULTOR QUE REPLANTÓ SUS SEMILLAS


El granjero hace nueve años que planta sus propias semillas de soja transgénica cosechadas en su propio campo.

Vernon Hugh Bowman no le teme al poder de
la multinacional Monsanto.
La multinacional le inició un juicio en 2007 y aduce que todas las semillas tienen que comprárselas a Monsanto Co., de lo contrario así viola la patente sobre biotecnología.

La multinacional Monsanto inició un litigio contra Vernon Hugh Bowman, un pequeño agricultor de 75 años que vive en el sudoeste de Indiana, Estados Unidos, por saltarse las patentes sobre sus semillas de soja. Lo llamativo del caso es cómo supuestamente ha violado Bowman la patente: se ha limitado a guardar parte de la cosecha obtenida después de una primera cosecha de semillas transgénicas resistentes a un plaguicida, y la volvió a plantar. Lleva así nueve años, porque son las semillas que obtuvo en su cosecha, dentro de su terreno y la multinacional argumenta que tiene que pagarle porque las semillas originales eran diseñadas por Monsanto. El juicio llegó hasta el Tribunal Supremo de los Estados Unidos.

Monsanto esclaviza a los agricultores
haciéndoles firmar un contrato cada vez
que compran semillas transgénicas.
El caso ha merecido que Nature lo recoja en su edición digital. Otros medios, como The New York Times también se han hecho eco. Precisamente en declaraciones a ese diario, Bowman ha dicho que con sus 300 acres (121,4 hectáreas) dedicadas a la soja, el maíz y el trigo, “no merece” ni llamarse un agricultor.

“El demandado en este caso (Bowman) obtuvo la soja modificada de un proveedor local, y durante nueve años la reprodujo violando la patente”, afirma la compañía, dice el diario neoyorkino.

En Estados Unidos los agricultores firman un contrato al comprar las semillas en el que se comprometen a no replantar la producción. Esta salvaguarda para sus intereses la introdujo Monsanto después de abandonar en 1999 la tecnología denominada Terminator, que hacía que las semillas producidas (el grano en el caso de los cereales) fueran estériles.

Bowman responde a las preguntas de los
periodistas frente a la Corte 

Suprema de Justicia.
Daniel Snively, vicepresidente ejecutivo de Monsanto declara que “el sistema de patentes de Estados Unidos ha permitido el descubrimiento y la expansión de una ciencia novedosa que ha revolucionado la agricultura, permitiendo a los agricultores producir más comida a la vez que ahorraban en recursos naturales”.

Lo que en el fondo está en juego es qué pasa con sistemas que pueden replicarse solos. Las semillas son un caso peculiar porque nadie piensa en ellas como algo artificial, pero este tipo de protección se utiliza en otras tecnologías, desde cultivos celulares para producir medicamentos o programas de software que pueden replicarse fácilmente.

Apple y Microsoft han mostrado su apoyo a Monsanto
Por eso, The New York Times publica que no solo el Departamento de Justicia ha emitido una nota apoyando a Monsanto, sino que grupos como BSA The Software Alliance, que representa a empresas como Apple y Microsoft, han dicho en un comunicado que un fallo contra Monsanto “podría facilitar la piratería de software a gran escala”. Ya que los programas son fácilmente replicables. También ha advertido que, por el contrario, una decisión muy rígida en el sentido contrario podría facilitar la abundancia de litigios por menudencias en la defensa de las patentes.

Los defensores de las semillas no manipuladas denuncian a Monsanto
En cambio, grupos como el Center for Food Safety (Centro para la Seguridad Alimentaria) y Save Our Seeds (Salvemos Nuestras Semillas) han afirmado que el juicio pone de manifiesto el papel predominante de Monsanto y otras compañías biotecnológicas en el sector, que han llevado a un aumento de los precios. Según la primera de estas organizaciones, la multinacional ha emprendido más de 140 procesos por supuestas infracciones de patentes que han involucrado a 410 granjeros y 56 explotaciones agrícolas, que le han reportado más de 23,67 millones de dólares (17,73 millones de euros).

Bowman en la capital
estadounidense: "Estoy 

dispuesto a que me avasallen, 
pero no a que me arruinen".
El conflicto entre Bowman y la compañía es, por tanto, uno más, pero la compañía cree que debe mantenerlo para proteger sus oscuros intereses. El hombre afirma que en verdad él ha comprado todos los años semillas a Monsanto, y que solo replantó una pequeña parte para obtener una segunda cosecha. Como esta suele tener mucho menor rendimiento, no quiso pagar las semillas. La compañía le ha pedido más de 84.000 dólares (60.000 euros). “Estoy dispuesto a que me avasallen, pero no a que me arruinen”, ha dicho Bowman.

Por su parte, los directivos de la cuestionada multinacional aducen que “Monsanto invierte más de 4 millones de dólares diarios en investigación y desarrollo para beneficiar a agricultores y consumidores. Sin la protección de las patentes, esto no sería posible”. 

Bowman declaró ante el juez que su sistema de plantación de guardar una parte de las semillas cosechadas para realizar luego una segunda cosecha “se ha practicado por los granjeros del país y en su propia familia durante generaciones y por lo tanto no cometió ningún delito”.

El caso Bowman Vs. Monsanto continuará. Veremos si se hace justicia y Monsanto recibe un buen escarmiento.

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