HUMANIDAD Y COSMOS es un programa que trata de traerle a usted eso que siempre se preguntó y nunca tuvo la oportunidad de escuchar… Hechos históricos ocultados, fenómenos insólitos, creencias, mitos y leyendas, arqueología proscripta, seres extraños, energías prohibidas, noticias curiosas, científicos censurados, el misterio de los objetos voladores no identificados, profecías y vaticinios, sociedades secretas, ecología, enigmas y soluciones para vivir física y espiritualmente sanos.


lunes, 7 de enero de 2013

LOGRAN FILMAR POR PRIMERA VEZ UN CALAMAR GIGANTE

El animal, que para muchos científicos era un mito, ahora ha sido registrado en las profundidades del Océano Pacífico.

La cadena japonesa NHK y la estadounidense Discovery Channel han logrado grabar por primera vez en las profundidades marinas al calamar gigante, uno de los animales más misteriosos del mundo, según informa la cadena pública nipona. Un equipo de ambas televisiones, con la colaboración de miembros del Museo Nacional japonés de Ciencia y Naturaleza, filmó al animal a unos nueve a diez kilómetros al este de la isla nipona de Chichijima, situada a unos 1.000 kilómetros al sur de Tokio.

La gigantesca criatura fue registrada
a 630 metros de profundidad.
Los miembros del equipo emplearon un sumergible que captó las imágenes el verano pasado a una profundidad de 630 metros gracias a una cámara de alta definición. El animal captado tenía unos 3 metros de largo, aunque carecía de sus dos tentáculos más prominentes, por lo que se cree que en origen pudo medir 8 o 9 metros.

En el vídeo, que se podrá ver en primicia en Japón el 13 de enero y posteriormente en Estados Unidos el 27 de enero, el ejemplar se alimentó de un cebo colocado por el equipo, compuesto por otro calamar más pequeño de un metro de largo. En ese momento, las imágenes captan de cerca los enormes ojos del animal y sus ventosas, de unos 5 centímetros de ancho, según desveló NHK.

Oculto en los abismos marinos
Se cree que el video puede ayudar a mostrar comportamientos de este legendario animal, del que hasta ahora solo existía metraje de ejemplares muertos varados en las costas o capturados.

Con tres corazones, una visión cien veces más potente que la del ser humano y un cerebro muy desarrollado, este mítico gigante ha permanecido hasta el momento oculto en los abismos marinos.

El enorme invertebrado es de color plateado
y fue observado cerca de la isla de Chichijima.
El calamar gigante vive aparentemente en profundidades entre los 400 y los 1.500 metros bajo la superficie del mar, donde la presión es muy elevada y la luz del sol prácticamente inexistente.

El Museo Nacional de Ciencias de Japón ha logrado filmar la criatura en su profundo hábitat natural, por primera vez, en colaboración con la cadena pública NHK japonesa y el Canal de EE.UU. Discovery.

Vieron el calamar, a una profundidad de 2.067 pies o 630 metros con un sumergible, unos nueve kilómetros al este de la isla Chichijima en el Océano Pacífico. El submarino con tres personas a bordo, incluyendo a Tsunemi Kubodera del Museo, siguieron al molusco enorme a una profundidad de 2.950 pies (900 metros) a medida que nadaba en el abismo del océano.

NHK mostró imágenes de la criatura de color plateado, que tenía enormes ojos negros, y que nadó contra la corriente, en el fondo de las oscuras profundidades oceánicas. La criatura tenía unos tres metros de largo, pero se "estima que su largo original sea unos ocho metros de largo aunque sus dos brazos habían sido cortados”, dijo Kubodera. No se dio ninguna explicación porque carecía de sus tentáculos.

Hasta 20 metros de largo
Se cree que se trata del invertebrado más grande del mundo, ya que puede llegar a alcanzar unos mil kilogramos de peso y en torno a unos 20 metros de longitud.

La mayor parte de su longitud se debe a sus dos tentáculos. Viven normalmente a profundidades superiores a los 400 metros y son del género Architeuthis, del que se han propuesto hasta ocho especies diferentes, aunque esto es imposible de saber por falta de ejemplares suficientes para distinguirlos. Hay especialistas que creen que hay solo tres especies y otros que se inclinan por una sola, a pesar de que puebla prácticamente todos los océanos del mundo. Una de las especies ha sido bautizada (Mesonychoteuthis), también muy mal conocida, que tiene un cuerpo más largo.

El investigador japonés Tsunemi
Kubodera que lleva diez años tras
el calamar gigante.
Si bien el ejemplar presentado ahora es claramente un calamar gigante, un Architeuthis, su tamaño no es tan grande, debido a que le faltan los dos largos tentáculos, como explica el investigador Tsunemi Kubodera, que desde hace 10 años investiga esta clase de invertebrados.

El cefalópodo fue capturado en el vídeo, que se difundió ahora, aunque sucedió en julio del año pasado, algo que se logró luego de 100 misiones a bordo de un pequeño sumergible tripulado por Kubodera y dos personas más. “Brillaba y era tan hermoso”, declaró el investigador. “Me emocioné mucho cuando lo vi de cerca, pero estaba seguro de encontrarlo porque habíamos investigado rigurosamente las áreas en que podríamos hallarlo, basándonos en los datos recogidos durante años”. El sumergible siguió luego al calamar hasta los 900 metros.

Calamar gigante hembra, el 4 de diciembre de
2006 con el cebo, registrado por Kubodera.
A pesar de que sea la primera filmación a esa profundidad, el mismo investigador, con anterioridad, logró filmar un ejemplar que acudió a un cebo, aunque en superficie, el día 4 de diciembre de 2006, frente a las islas Ogasawara. Se trataba de un calamar gigante de la especie Architeuthis dux en su medio natural. Se capturó en esa ocasión una hembra joven de 3,5 m de largo y de 50 kg (un tamaño pequeño), se utilizó cebo de calamar común al final de una cuerda, y se le añadió una cámara. El animal pudo ser llevado hasta la superficie para ser investigado, pero murió al ser izado al barco.

Calamar gigante Architeuthis, captado en 2005
a 900 metros de profundidad.
Dos años antes, Kubodera lanzó una cámara con cebo a 900 metros de profundidad y obtuvo centenares de espectaculares fotografías de un Architeuthis de una longitud estimada de ocho metros que estuvo durante cuatro horas enganchado a la línea hasta que logró soltarse dejando parte de un tentáculo allí. El análisis de ADN del tentáculo demostró su identidad.

Hasta ahora los calamares gigantes, supuesto origen de mitos como el nórdico Kraken y criaturas similares bautizadas en las sagas escandinavas con los nombres de el Hafgufa y Lyngbakrse conocían sobre todo por los ejemplares recogidos muertos por los pescadores en la superficie y que no tienen uso comercial, ya que su carne tiene un alto contenido de amoníaco. Sin embargo, el interés por conocer su forma de vida y comportamiento ha llevado a realizar en los últimos 10 años expediciones costosas, financiadas por productoras de televisión, con escasos resultados.

Estampilla australiana con 
el dibujo de un cachalote
luchando contra un 

calamar gigante.
En estos animales, además de sus ventosas con afilados dientes, son especialmente llamativos sus grandes ojos, de hasta 27 centímetros de diámetro, cuya utilidad evolutiva se cree que es poder localizar en la oscuridad a los cachalotes, sus principales depredadores.

Es posible que el ejemplar ahora filmado perdiera sus largos tentáculos en un encuentro con un cachalote, igual que en la piel de muchos de estos se observan las huellas de estas violentas escaramuzas, nunca filmadas, y en su estómago se encuentran a menudo los picos de calamares gigantes. Esto no pasa solo en lugares lejanos: en las costas de Asturias, en el cañón de Avilés, a gran profundidad, habitan calamares gigantes y allí acuden cachalotes para alimentarse de ellos. Ha habido expediciones españolas en busca del calamar gigante, pero no tuvieron éxito.

La “Ciencia oficial” siempre se mostró burlona e irónica sobre la existencia de los calamares gigantes, citados por sus colosales dimensiones en viejas crónicas de los bestiarios marinos.

Piel de cachalote con la cicatriz
de gigantescas ventosas.
Los calamares y pulpos gigantes eran tan solo parte de la mitología. El primero que se recuerda es una bestia marina protagonista de la peor de las pesadillas para los marineros. Se llamaba Scylla. Un monstruo acuático que vivía de bajo de una gran roca en uno de los márgenes del estrecho de Mesina, frente al torbellino Caribidis. El animal que amenazaba a los barcos -como es relatado en La Odisea de Homero- y que llegó a devorar a seis compañeros de Ulises en su épico viaje. Un monstruo de los infiernos que nació cuando Scylla, antigua ninfa, hija de Phorcys, huyó del dios pescador Glaucus enamorado de su belleza, y fue víctima de una maldición por una bruja llamada Circe quien preparó una poción que la convirtió en un engendro de doce patas y doce cabezas que se alimentaba de delfines, tiburones y otras piezas de gran tamaño. Así se gestó su leyenda. Lo que era parte de la mitología y del folclore continuó creciendo en popularidad gracias a las crónicas históricas en tiempos romanos. Cayo Plinio Segundo “El Viejo” (79-23 a. C.) rubricó en su Historia Natural como un pulpo gigante de 9,1 metros de largo y una masa corporal de 320 kilos de peso, que llegaba a las costas atlánticas para apoderarse de los peces de las pozas y el garum. Las referencias y testimonios sobre estos titánicos cefalópodos no han cesado desde entonces. Desde tiempos remotos, los vikingos, lo conocían como Kraken.

Grabado que representa al
barco francés Alecton 

capturando un calamar
gigante de 7,5 metros de
longitud el 30 de
noviembre de 1861.
En el siglo XVI encontramos las crónicas del obispo católico Olaus Magnus en su tratado Historia de gnetibus septentrinalibus. Una auténtica obra de estudio donde aparecen todo tipo de monstruos marinos al igual que la obra De Piscium et Aquatilium Animatum Natura, de Conrad Gessner ya en el siglo XVI.

Pero no fue hasta el siglo XIX cuando el hombre pudo atrapar un ejemplar. Ocurrió el 30 de noviembre de 1861 frente a las costas españolas de la canaria Isla de Tenerife. El comandante Bouyer así como el resto de la tripulación del barco de guerra francés Alecton avistaban, arponeaban y capturaban a un ejemplar de siete metros y medio de longitud, de piel color anaranjado, del conocido ya como Architeuthis, cuya cabeza fue expuesta en el puerto de Santa Cruz para espanto de curiosos y marineros. Un hallazgo que quedó reflejado en el informe que realizó el cónsul francés Sabine Berthelot y que fue presentado ante la Academia Francesa de las Ciencias y las investigaciones del caso por los naturalistas Henri Crosse y Paul Fischer publicadas en el trabajo Nouveaux documents sur les céphalopodes gigantesques. Trabajos que fueron, curiosamente los que Julio Verne incorporó a su novela 20.000 leguas de viaje submarino y con ello lanzando al estrellato a nuestro protagonista. Desde entonces, desde 1871 a 1881, se contabilizaron un total de sesenta varamientos o avistamientos. Se tiene constancia de una hembra varada en una playa neozelandesa, en el año 1887, que medía unos 18 metros post mortem y más de 250 kg de peso.

Comparación del tamaño de
los calamares gigantes con
un autobús y un cachalote.
Desde 1978 hasta 1990 se estudiaron en España cinco ejemplares congelados que llegaron al puerto de Vigo -capturados por barcos de pesca de arrastre en las costas de Nigeria. Existe en Asturias, España, el Aula del Mar en la ciudad de Luarca, en donde se muestran un total de una veintena de ejemplares de calamares gigantes, así como otras especies de pesadilla como la Taningia, otro cefalópodo de dimensiones extraordinarias que alberga garfios en sus tentáculos. Esta es la colección de calamares gigantes más importante que existe en el mundo y al respecto, la Televisión Española realizó un interesante documental. Con lo cual, la idea de este animal era un mito, se derrumba ante tantas evidencias.

En 1801, cerca de las costas
de Angola, un gigantesco
animal marino con tentáculos
atacó un barco procedente
de Saint Maló.
En realidad, en el siglo XXI se conoce muy mal la fauna abisal, la que puebla la considerada última frontera de la exploración: llanuras, cordilleras y volcanes que suponen la mitad de la superficie terrestre. Para remediarlo en parte se han lanzado recientemente cinco programas de investigación, que formaron parte del Censo de la Vida Marina, un megaproyecto internacional que terminó en 2010. Por debajo de los 200 metros ya no existe la fotosíntesis y la oscuridad es permanente, pero eso no quiere decir que no haya vida en estas condiciones extremas. Las investigaciones han encontrado más de 6.000 especies entre los 1.000 y los 5.000 metros bajo el nivel del mar, y gran parte de ellas son nuevas para la ciencia. Son en su mayoría extraños peces pequeños, gusanos, crustáceos y moluscos. Los microorganismos se conocen todavía menos.

Que haya vida no quiere decir que sea abundante. La abundancia es sobre todo una función de la alimentación disponible y disminuye rápidamente con la profundidad, encontraron los investigadores. En las zonas de transición entre las plataformas continentales y las llanuras abisales es donde se encuentran las especies más extrañas, que se han tenido que adaptar a los cambios.

Y justamente, una de estas criaturas casi desconocidas es el calamar gigante, experto en el arte del camuflaje y de gran inteligencia. No para de crecer desde que nace, a razón de un centímetro diario. El cuerpo está articulado por una concha oculta bajo su piel que le proporciona rigidez y flotabilidad. Su respiración es por branquias. Pueden nadar con una versatilidad de movimiento excepcional, acelerando o parándose de forma repentina, gracias a un músculo con forma de tubo que hace las veces de sifón a la par que da rumbo y dirección al animal.

Avistamientos de calamares gigantes en el
mundo. Hacer clic en la imagen para agrandar.
Con los pocos datos existentes, los expertos han barajado que los más jóvenes pasan un mayor tiempo en aguas cerca de la superficie y a medida que van creciendo van acudiendo a zonas más profundas y frías. Al ser cazadores nocturnos y a profundidades no aptas para el hombre no hay constancia de que puedan atacar a los seres humanos aunque existen ejemplares de la misma familia, como el Dosidiscus gigas, también conocido como Calamar Humboldt que llega a medir tres metros de longitud, que si son capaces de atacar como así lo comprobó el fotógrafo submarino Howard Hall mientras los fotografiaba y que salvó la vida gracias a la jaula contra tiburones.

Los calamares gigantes, animales que se los intentó considerar como un mito fabuloso de marineros ignorantes y supersticiosos, hoy dejaron de ser un mito y leyenda y han ingresado en la “realidad oficial”.

Hay un mundo todavía por descubrir en el setenta por ciento de agua que hay en el planeta Tierra y donde se esconden sin lugar a dudas multitud de misterios por develar.


Primer video del calamar gigante:



Video de calamar gigante de 15 metros de largo que se muestra en un museo de Vigo, Galicia.


Los calamares gigantes de la fosa de Carrandi - Parte1


Los calamares gigantes de la fosa de Carrandi - Parte 2


No hay comentarios:

Publicar un comentario