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viernes, 15 de junio de 2012

ATRAPAN AL ÚLTIMO FUGITIVO DE LA SECTA VERDAD SUPREMA QUE ATENTÓ CON GAS SARÍN EN EL METRO DE TOKIO

La policía japonesa ha detenido hoy a Katsuya Takahashi, el último fugitivo de la secta Verdad Suprema que participó en el atentado con gas sarín perpetrado en 1995 en el metro de la capital, informó la televisión pública NHK.

La policía de Tokio, que en la última semana había estrechado el cerco sobre Takahashi, de 54 años, lo capturó esta mañana en un Ciber café del distrito de Ota (sur de la capital) y confirmó su identidad a través de las huellas dactilares antes de proceder a su detención.

Katsuya Takahashi, el último fugitivo de
la secta Verdad Suprema, detectado
por una cámara de seguridad.
Takahashi, sobre el que pesaba una orden de búsqueda y captura desde hace 17 años, fue identificado por un empleado del café como el último fugitivo que participó en el lanzamiento de gas sarín en varios vagones del metro de Tokio que costó la vida a 13 personas e intoxicó a más de 6.000.

La detención de Takahashi se produce tan solo once días después de que la policía capturara a Naoko Kikuchi, otra de las supuestas participantes en el atentado de Tokio, quien fue detenida en la casa en la que se escondía en Sagamihara, en la provincia de Kanagawa (centro).

Tras la detención de Kikuchi, Takahashi retiró grandes cantidades de dinero de una sucursal bancaria en la que había abierto una cuenta con identidad falsa, lo que provocó que la policía iniciara esta semana una intensa operación de búsqueda ante el riesgo de que escapara de nuevo.

Hirata, Takahashi y Kikuchi eran buscados
en todo Japón desde los atentados
en marzo de 1995.
Makoto Hirata, uno de los perpetradores del atentado en el metro de Tokio el 20 de marzo de 1995, se entregó el 31 de diciembre de 2011 en la comisaría del distrito de Marunochi. Aseguró que se entregó porque estaba cansado de huir y portaba una mochila con decenas de miles de yenes, según detalló la agencia local de noticias Kyodo.

En los últimos quince años, los tribunales japoneses han procesado a 189 miembros de la Verdad Suprema, han emitido cinco condenas de cadena perpetua y han confirmado 13 penas de muerte, incluida la de su líder Shoko Asahara, de 57 años que aún permanece vivo.

El origen de la secta
La secta Verdad Suprema (en japonés Aum Shinrikyō), se gestó en 1984, cuando Asahara, cuyo nombre real es Chizuo Matsumoto, nacido el 2 de marzo de 1955 (el séptimo hijo), abrió un pequeño seminario de yoga en el barrio tokiota de Shibuya.

Previamente, Asahara había pertenecido a la secta Agonshu, (presente en Europa y calificada como secta destructiva). Una de las prácticas más curiosas de este grupo es la de los 1000 días consecutivos de ofrendas. A aquellos que ofrecen dinero diariamente durante este periodo se les promete la “iluminación”. Cuando abandona a Agonshu comienza a enseñar yoga en su apartamento en el distrito de Shibuya.

Shoko Asahara, en 1987 tras
bautizar a la secta con el
nombre de Verdad Suprema.
En 1987, después de volver de la India en donde afirma haber alcanzado su objetivo final: la “iluminación” Shoko consigue seguidores y discípulos en forma exponencial, cambia oficialmente su nombre y comienza el registro del grupo Aum Shinrikyō. Las autoridades se muestran inicialmente reacias a concederles el status de organización religiosa y congela el proceso de registro. El grupo no es reconocido legalmente hasta que se resuelve su apelación, en 1989. La orden monástica se establece, mientras que nuevos seguidores siguen uniéndose.

El culto tenía especial interés en llegar a la población estudiantil, siendo uno de los vehículos de enganche más habitual sesiones de lectura de obras tanto religiosas como seculares o profanas.

Una parte muy importante de los creyentes tenían titulaciones superiores en universidades y trabajos con cierta responsabilidad. La vida monástica en Aum les obligaba a salir totalmente de estas situaciones, dejar a sus familias o integrarlas en Aum; y abandonar toda actividad anterior dentro de la sociedad.

Los objetivos principales para captación, como otras sectas, eran aquellas personas que tuvieran dudas sobre su existencia. Asahara era el portador de la "Verdad Absoluta", y podía revelarla a los miembros. Sus libros eran lectura ineludible para el creyente de Aum.

Asahara logró captar a
mucha gente con
títulos universitarios.
El movimiento recibió el status oficial de religión del gobierno japonés en 1989. Y creció de forma muy rápida entre las clases medias de las principales ciudades japonesas. Se calcula que en el año 1995 eran 9.000 miembros en Japón, y que tenía hasta 40.000 seguidores en países como Sri Lanka, Alemania, Rusia o Estados Unidos.

Asahara logró captar a muchos miembros de la elite universitaria japonesa entre la que se expandió, lo que impulsó el crecimiento de la secta hasta transformarla en una poderosa organización dividida en "ministerios", con capacidad para producir agentes químicos y armas ligeras, y que incluso llegó a adquirir un helicóptero militar ruso.

Asahara dentro de Aum tenía carácter semi-divino, y la exaltación de su figura era continua. De modo que estaba presente bien en imágenes (aceptadas dentro de la liturgia de Aum) o de citas.

Los ataques terroristas de la secta
Previamente al ataque en los trenes, la secta hizo otros atentados los que se descubrieron luego de la detención de los sospechosos al ataque de los cinco trenes.

Poco antes de ser elevada a religión, la secta fue bastante investigada, e incluso denunciada por Tsutsumi Sakamoto, un fiscal especialista en secta destructivas. El 4 de noviembre de 1989, varios miembros de la secta irrumpieron en su casa, y le mataron de un martillazo en la cabeza. Inyectaron veneno a su mujer y a su hijo de 14 meses también. Sakamoto falleció en el acto, al igual que su hijo; sin embargo su mujer no, y fue finalmente estrangulada. Se llevaron los cuerpos de la casa y no aparecieron hasta que finalmente los autores confesaron donde se hallaban al ser detenidos.

Aum Shinrikyo comenzó sus ataques el 27 de junio de 1994 en Matsumoto, Japón. Con la ayuda de un camión frigorífico convertido, varios miembros de la secta lanzaron una nube de gas sarín que flotó cerca de las casas de los jueces que estaban supervisando una demanda sobre un conflicto de bienes raíces que iba en contra del culto. Desde este atentado, 500 personas resultaron heridas y ocho murieron.

En la mañana del 20 de marzo de 1995, cinco discípulos de la secta colocaron bolsas plásticas llenas de gas sarín en estado líquido en vagones de cinco trenes del metro de Tokio, y las perforaron con la punta de un paraguas justo antes de abandonarlos. El ataque se dirigió contra trenes que hacían el trayecto entre Kasumigaseki y Nagatachō, sedes del Gobierno de Japón. Como resultado de este atentado murieron trece personas, y más de 6000 resultaron intoxicadas y afectadas de diversas formas. Diez hombres fueron los responsables de llevar a cabo los ataques, cinco liberaron el sarín, mientras que los otros cinco sirvieron como conductores para la huida. Cada perpetrador llevaba dos paquetes de sarín en total aproximadamente 900 mililitros de sarín, excepto Yasuo Hayashi, quien llevaba tres paquetes. Aum originalmente planeo difundir el sarín como un aerosol pero no siguió adelante con esa idea. Una sola gota de sarín del tamaño de una cabeza de alfiler puede matar a un adulto.

Trece personas murieron por el gas y
más de 6 mil resultaron intoxicadas.
La razón del atentado era acelerar el fin del mundo e infundir temor a los opositores a la secta.

Tras los primeros indicios, algunas autoridades sospechan de Corea del Norte, pero después las autoridades acusan a Aum Shinrikyo de ser cómplices o autores del atentado, así como de una serie de incidentes de menor escala. Decenas de discípulos son detenidos y las 25 sedes de Aum en Japón son registradas. En una de las sedes, se encuentra un helicóptero ruso, con el que tal vez se pretendía llevar a cabo un atentado a mayor escala, quizá rociando la capital con algún agente químico o biológico. La policía japonesa descubre también, en la parte posterior del complejo principal de Aum un sofisticado laboratorio de armas químicas que era capaz de producir miles de kilogramos al año del veneno. El juzgado ordena la detención de Shoko Asahara y la policía lo encuentra meditando en una pequeña habitación incomunicada de un edificio propiedad de Aum.

Como consecuencia de los atentados, la
secta fue descabezada con 189 acusados.
Diez días más tarde, el 30 de marzo de 1995, el jefe de la Policía es herido de bala por seguidores de Shoko Asahara, y, el 23 de abril del mismo año, el Ministro de Ciencia de Tokio es acuchillado por un fanático del culto frente a las cámaras de TV. Seis semanas más tarde, los mismos adeptos efectuaron otro atentado terrorista de grandes proporciones en otra estación de metro. Afortunadamente, el mecanismo de la bomba falló y pudo desactivarse. De no haber sido por este fallo técnico, hubieran muerto cerca de 20.000 personas. En marzo de 1996, las autoridades detienen a un grupo de adeptos que se dirigían en “misión a Zaire” para obtener muestras del virus de Ébola y usarlo como arma biológica contra sus detractores.

Shoko Asahara, que era venerado
como un semidiós por sus más
de 40 mil seguidores en todo el
mundo fue condenado a la horca.
Como consecuencia de los atentados la organización fue descabezada. Muchas de sus sedes fueron desmanteladas, y se encontraron con el rechazo absoluto por parte de la población japonesa. Fueron procesados por la ley anti-subversiva, aunque finalmente la organización no fue prohibida. Durante los juicios a los miembros de la secta de 189 acusados 12 fueron condenados a muerte, pero hasta el 2012 aún no se ha ejecutado a ninguno.

Shoko Asahara, sentenciado a muerte en la horca en 27 de febrero de 2004, continúa en junio de 2012 esperando su ejecución por el asesinato de 27 personas, incluyendo los fallecidos en el atentado del metro. Está aislado en una prisión de máxima seguridad.

Tras el abandono del liderazgo por Asahara durante el juicio, se trasladó el liderazgo del culto a sus dos hijos varones, los Rimpochi (a pesar de que las mayores eran las hermanas).

Foto de Asahara en 2004, hasta este
momento aún no han sido ejecutados
ni él ni sus doce cómplices.
En 2002 la organización cambia el nombre a Aleph, encabezada por  Fumihiro Joyu, antiguo portavoz de Aum que había estado en prisión por otras causas distintas a las de los atentados.

El culto de Aleph reniega de los atentados, pide perdón cada año por los mismos, niega la posibilidad de entrar a los miembros de Aum vinculados a los atentados y crea un fondo de compensación para las víctimas de los atentados. A pesar de todo mantienen algunos de los textos de Asahara como referencias doctrinales. Aunque han eliminado el derecho que reconocían a acabar con la vida de otras personas siguen siendo acusados de secta destructiva dentro de Japón.

La doctrina de Aleph es una mezcla de varias tradiciones, cuya deidad reverenciada es Shiva (deidad que simboliza el poder de destrucción en la tradición Hindú).

El grupo está desde el 2000 bajo vigilancia. Esto permite a las autoridades durante tres años prorrogables capturar sus comunicaciones y registrar sus instalaciones, entre otras cosas, sin permiso judicial previo. Sigue siendo considerada una amenaza para la sociedad. Actualmente la secta tiene un millar de adeptos.

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